Adiós a la barriga

Tendemos a acumular grasa en la zona abdominal, pero con un poco de ejercicio y ayuda medicinal podemos tonificar y reducir la flacidez de la piel.


A lo largo del verano es común coger unos cuantos kilos y que el vientre se convierta en una barriguita blanda con sus dobleces incluidas. Ya es época de ocuparse de ella para devolverle la firmeza a través de una alimentación sana, deporte, tratamientos cosméticos y, en casos extremos, cirugía.

Los principales enemigos del volumen y la flacidez del abdomen son los embarazos, la falta de ejercicio físico, el sobrepeso, la obesidad y el paso de los años. Pero, además, la tendencia a acumular grasa en el vientre puede ser constitucional y, muchas veces, hereditaria. Afortunadamente, la piel en esta zona es muy rica en fibras elásticas y colágeno y tiene una gran capacidad de distensión. Por ello, su recuperación es óptima, sobre todo si se nutre e hidrata correctamente.

Soluciones:

Deporte y masaje

Los ejercicios que hacen trabajar los músculos de esta zona retienen el contenido abdominal y proporcionan un soporte duro y tenso a la piel que los recubre. El masaje proporciona una mayor oxigenación a los tejidos, estimula la aparición de fibras elásticas y refuerza la formación de colágeno. Además, favorece la eliminación de toxinas y sustancias nocivas.

Crema y gel.

El secreto de las cremas está en la aplicación diaria y constante a través de un suave masaje en sentido circular para favorecer la penetración en la piel de las sustancias que la forman. Estos tratamientos deben realizarse durante largos periodos de tiempo e intensificarse tras un embarazo o una dieta adelgazante.

Mesoterapia

Consiste en la aplicación de multiinyecciones superficiales (intradérmicas) e indoloras con una solución medicinal. La medicación dependerá del tipo de patología, según sus causas, intensidad, duración, recaídas…

Cirugía

Ésta debe ser la última solución. Generalmente se utilizan dos técnicas quirúrgicas: la dermolipectomía y la liposucción. La primera elimina la grasa a través de dos incisiones, una suprapúbica y otra periumbilical. La liposucción consiste en la introducción de una cánula por debajo de la piel del abdomen que aspira la grasa.