miércoles, 30 de abril de 2008

Digestiones pesadas


Lo cierto es que comer es un placer. Por lo menos para mí. Aunque, claro, muchas veces te dejas llevar por la gula y te pones a comer sin límite. Es entonces cuando llegan las digestiones pesadas. ¿Cómo podemos llevar bien esas digestiones?.

“¡Madre mía!, estoy que no puedo con mi cuerpo”. ¿Cuántas veces nos ha pasado que hemos dicho o hemos oído esta frase?. Lo de comer sin freno y en exceso a muchos nos cuesta un buen dolor de estómago. Lo peor es que a veces, incluso, tenemos naúseas y nos da por vomitar. Aquí es cuando piensas: “maldita sea la hora en que comí tanto”.

Una digestión pesada está favorecida por comidas copiosas, es decir, abundantes; también por comidas que son ricas en grasas; que tengan picante, especias, o algún tipo de salsa. Todos estos aspectos, son los que nos hacen que tengamos una digestión pesada. Comer rápidamente o de forma desordenada también nos puede perjudicar.

La siesta. Hay amiga con la siesta. Ese preciado bien Español que nos ha valido una fama internacional. Pues que sepas, que echarte la siesta nada más comer, es malo. Dormir nos hace la digestión más lenta. Hombre, te puedes echar un rato pero sin dormirte. En caso de que tengas flatulencias, o gases, es bueno tomar una manzanilla o alguna infusión.

Para evitar las digestiones pesadas, lo primero es tener una dieta equilibrada. Pero si te pasas por algún motivo, puedes: comer de forma tranquila, reposada, sin prisas ni agobios; evitar los excesos; no tomar alcohol; además, las comidas ligeras son beneficiosas: la fruta o la verdura nos pueden ayudar a prevenir una digestión pesada; así como acostarse inmediatamente después de comer puede ser un hábito muy poco saludable.

En definitiva, si quieres evitar una digestión pesada, antes, debes controlar lo que comes o sino luego te puedes arrepentir.

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