miércoles, 30 de abril de 2008

Cómo curar un esguince

Una de las lesiones deportivas más habituales es un esguince; también es una de las más dolorosas. Hoy, en nuestro blog de salud, te contamos cómo curar un esguince, y te decimos los consejos que debes seguir ante una situación como esta.

Un esguince es un estiramiento excesivo del ligamento, debido a una torcedura de la articulación. Suele producirse en situaciones deportivas, traumatismos (es decir, un golpe fuerte en la articulación) o incluso debido a una sobrecarga. Pero lo más habitual es que se produzca por una torcedura. Es una lesión dolorosa en la que la zona se inflama rápidamente y conlleva dificultad de movimiento en la zona, eso sí, dependiendo del grado del esguince.

Hay tres tipos de esguinces: de tipo 1, en el que la torcedura es leve y no suele ser demasiado problemática; esguince de tipo 2, aquí se produce una rotura parcial del ligamento, por lo que el dolor es mayor y la inflamación más inmediata; y esguince de tipo 3, donde la rotura es total y el dolor mucho mayor. Por otro lado, las articulaciones en las que se puede producir un esguince son: el hombro, la muñeca, la rodilla y el tobillo, y con menor frecuencia en el codo y en la cadera.

Lo primero que hay que hacer ante un esguince es aplicar una pomada antiinflamatoria del tipo AINE (Antiinflamatorios No Esteroideos) sobre la zona dañada. Es conveniente aplicar la pomada tres veces al día. Es muy importante que durante las primeras 48 horas no se haga ningún esfuerzo y que se aplique hielo en abundancia, para bajar la inflamación. Se puede aplicar hielo durante 20 minutos, tres veces al día también. El reposo debe durar hasta 72 horas, evitando la sobrecarga de la articulación (por ejemplo, si es el tobillo, ponerlo en alto). Por último, hay que inmovilizar la articulación, aplicando un vendaje con una venda elástica. Este vendaje debes mantenerlo entre 1 y 3 semanas.

A la hora de darte la pomada, es conveniente que te la apliques con suavidad, y haciendo pequeños círculos sobre la piel. Después, con el dedo pulgar (el dedo gordo), se deben hacer 10 fricciones deslizantes en línea recta, efectuando una ligera presión. A continuación, se debe hacer lo mismo pero con la yema de los dedos y frotando suavemente.

Para curar el esguince es fundamental el reposo y es recomendable acudir a un fisioterapeuta, que siempre nos va a ayudar en el tratamiento y en la rehabilitación.

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