miércoles, 30 de abril de 2008

Cómo aliviar el dolor de pies


La vida frenética, el trabajo, el gimnasio, la casa, etc. Pueden provocar que nos pasemos muchas horas al día en pie o andando de una lado a otro sin parar. Todo ello repercute en el cuerpo, y más especialmente en los pies, sobre los que apoyamos toda nuestra vida. Por ello el dolor o hinchazón de los pies es una afección recurrente en muchos tipos de personas. Aunque, siempre que no haya síntomas más graves, es fácil de aliviar el terminar el día.Las causas más comunes del dolor de pies son, básicamente, cuatro:


En primer lugar, las que tienen que ver con un esfuerzo excesivo. Someter los pies a largas caminatas, a mucho ejercicio físico o, simplemente, permanecer durante muchas horas en pie pueden provocar el dolor.

Hay que tener mucho cuidado con los zapatos. Unos inadecuados ya sea por su estrechez o su elevado tacón también son causa evidente de esta dolencia. Además, los tacones excesivos pueden incluso terminar produciendo problemas en la columna.

Otro factor a tener en cuenta es la circulación. La existencia de problemas circulatorios implica una circulación sanguínea insuficiente, lo que repercute en los pies produciendo cansancio y dolor. Después de realizar esfuerzos la sangre se acumula en ellos y la incapacidad de los músculos por el propio cansancio impide que sean capaces de bombear la sangre de nuevo hacia la parte superior del cuerpo. Esto provoca hinchazón y enrojecimiento. Si a las personas con una circulación normal les ocurre muy habitualmente, en aquellas que padecen problemas circulatorios se incrementa el riesgo.

La obesidad o el exceso de peso someten a los pies a un esfuerzo mayor del habitual. El que aguanten todo el peso corporal adicional provoca el cansancio y el dolor de los pies.

Si has sentido dolor o cansancio de forma prolongada o reiterativa, ten en cuenta estas recomendaciones para que no se vuelva a producir.

Hay que evitar usar calzados que aprieten demasiado los pies, y que por lo tanto impidan o dificulten la circulación sanguínea. Lo mismo ocurre con los tacones. Los expertos recomiendan que la altura de los tacones no exceda los 2’5 centímetros. Así mismo, se debe comprar el calzado por la tarde, que es cuando están más hinchados los pies y mejor se comprueba la comodidad y adaptabilidad de los zapatos.

Caminar descalzo es una buena terapia, sobretodo si tienes la oportunidad de hacerlo por la playa. La arena de ésta favorece la circulación sanguínea.

Usar en casa unas zapatillas distintas a los zapatos de calle hace que los pies descansen durante algunas horas al día.

Nunca hay que olvidarse de los cuidados e higiene de esta zona, ambos influyen en el buen mantenimiento de los pies. Así pues, hay que mantener un cuidado adecuado de las uñas y las impurezas de la piel como los callos o sabañones.

Y finalmente, cuidar la alimentación procurando llevar una dieta rica en alimentos que favorezcan el flujo sanguíneo.

Si a pesar de estas recomendaciones, el dolor persiste, hay algunos remedios caseros para aliviar tanto el dolor como la hinchazón. Uno muy recomendable tanto por su facilidad como por su efectividad son los baños de pies en agua tibia con sal, después es muy beneficioso enjuagarlos con agua fría. Y, otro bastante cómodo que puedes realizar mientras lees o ves la televisión consiste en masajear el pie con aceite de romero utilizando los dedos del otro pie.

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