jueves, 1 de mayo de 2008

Las Drogas en los Adolescentes


Los medios de comunicación no cesan en alertar a la sociedad -lo que implica a todo tipo de padres- en decirnos lo tentativa y perjuiciosa que es la droga. Con razón. Y tanto que lo es. Sin embargo, ese anuncio constante, no sólo de los medios sino que también del Ministerio de Sanidad, por poner un ejemplo, llevan a los padres a tener una preocupación más que justificada.


Las principales señales de alarma ante la posibilidad de que nuestros hijos consuman droga son las siguientes:

-Distanciamiento del ámbito familiar.
-Carencia de respeto hacia las reglas y faltas de responsabilidad.
Aumento o pérdida notable del apetito.
-Incumplimiento del horario en las salidas.
-Posesión de papel de fumar, pipas, bolsas de plástico…
-Con todo esto, la alarma pueda cundir muho más, pero, sin duda alguna, no siempre debe o tiene que ser así. El constante olor a tabaco en la ropa cuando nuestros hijos salen ‘a tomar algo’ no tiene porqué ser producido porque ellos hayan fumado. El ambiente o sus amigos pueden ser la causa. Lo que también nos puede confirmar si ellos se drogan son las siguientes pautas:

-Falta a centro de estudio o baja su rendimiento.
-Pierde concentración y memoria.
-Cuestiona la autoridad de padres y profesores.
-Pierde interés por el deporte.


Claro, todo esto no tiene que convertir a los padres en auténticos detectives que vayan detrás a ver qué pueden pillar. Los errores más frecuentes ante esta situación son, por ejemplo: Rebuscar entre sus cosas, dramatizar ante la ausencia de señales claras o enviar a nuestro hijo a un psicólogo. Todo esto seguramente esté de más y no haga nada bien a nuestro hijo.

Esto es como cuando te prohiben algo. Piensa. Todo aquello que te niegan, tratas de conseguirlo con más fuerza. Que piensas distinto, y te reprimen; pues acrecentas tu sentimiento. Que fumas marihuana, o consumes cualquier otro tipo de droga…pues ellos tenderán a coger con más fuerza eso que no pueden hacer porque está mal. La educación deberá ser ejemplar, fuerte, pero sin llegar a cuestionar cualquier actitud de nuestro hijo.

Tendrá que ver que drogarse no es positivo para él y que es algo que no puede hacer. La extrema rectitud y el mandato imperativo no funcionaban ni en los tiempos de Franco; imagínese ahora…

No hay comentarios: