miércoles, 7 de mayo de 2008

El Ácido hialurónico, una solución antiedad


El ácido hialurónico es un componente natural de la piel que va disminuyendo con el paso del tiempo, dando lugar a la pérdida de hidratación, turgencia y elasticiadad en la epidermis. Las pérdias de ácido hialurónico se pueden suplir a través de su aplicación en la piel mediante cremas, lociones e inyecciones.

Sus principales indicaciones son para el relleno de pómulos, el aumento de labios, borra las patas de gallo, elevar las cejas y corregir el mentón y disimular el surco nasogeniano (de nariz a labios).
También sirve para tratar arrugas finas y de expresión, disimular arrugas profundas y recuperar volúmenes.
Su uso en cosmética, el sector de mayor demanda, se conoce desde 1996, aunque cubre múltiples necesidades. El ácido hialurónico posee la capacidad de retener el agua en un porcentaje equivalente a miles de veces su peso. Es por ello que se emplea para hidratación de la epidermis ya que reconstituye las fibras que sostienen los tejidos de la piel. Se utiliza en la viscososuplementación, una técnica para sustituir el líquido sinovial perdido durante las artroscopias y como tópico o en sesiones de mesoterapia. Por ello, en crema previene arrugas y ayuda a retener el agua.

La función principal del ácido hialurónico es como material de relleno en cirugía estética utilizándose en implantes y rellenos. Este material, además de alisar los pliegues subcutáneos estimula la producción de colágeno, lo que multiplica y prolonga el resultado rejuvenecedor. Su utilización destaca en la voluminosidad de los labios y pómulos, así como para alisar la frente y las marcas cutáneas aunque también se administra para reducir las cicatrices del acné severo y otros problemas cutáneos que ocasionen pérdida de piel. El ácido hialurónico se inyecta donde no hay músculo justo bajo la piel donde está la arruga.

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